martes, 16 de marzo de 2010

CORMORANES


La primera vez que oí hablar de cormoranes en la Bahía de Cádiz me pareció algo imposible de creer. Para mí, los cormoranes eran aves exóticas, tan exóticas como los pelícanos o los papagayos, que vivían en lugares muy lejanos. Yo conocía a los cormoranes por mis libros sobre animales. Sabía que eran aves pescadoras y que en algunos países del lejano oriente los hombres los usaban para capturar peces vivos, impidiendo que los cormoranes los traguen mediante una anilla que les cierra el esófago y les impide engullir la presa. Por aquel entonces yo tenía 14 años y mi sorpresa fue mayúscula al comprobar no solo que era cierto, que había cormoranes muy cerca de mi casa, sino que además eran relativamente abundantes y muy fáciles de observar.

Desde entonces ha llovido mucho y estos cuervos marinos se han convertido ya en parte integrante de mi paisaje visual y sentimental, entre otras cosas porque su población se ha ido incrementando en los últimos años hasta ser hoy aves muy abundantes en el Parque Natural y omnipresentes en todos los rincones de este donde haya algo de agua, en especial en las zonas ocupadas por marismas y salinas.

El cormorán grande (Phalacrocorax carbo) es especie invernante en nuestras costas. Sus negras siluetas comienzan a tiznar nuestros cielos en los primeros días de octubre, cuando se les puede ver posados en las torres y cables de alta tensión que cruzan la bahía, gracias a sus dedos largos y prensiles que les permiten agarrarse con seguridad, o volando en bandadas de tamaño variable en formación de cuña. Aquí pasan el otoño y el invierno, regresando a sus cuarteles de origen en el centro y norte de Europa entre finales de marzo y principios de abril.

Son consumados pescadores que capturan sus presas persiguiéndolas bajo el agua, impulsados por sus pies palmeados mientras sus alas permanecen pegadas al cuerpo, hasta profundidades de hasta 3 metros e incluso más. Tras la pesca, los cormoranes se ven obligados a solearse para secar su plumaje, menos impermeable que el otras aves acuáticas. Es por ello que frecuentemente podemos observarlos en su típica postura de alas extendidas al sol.


Su afición a los peces y su número cada vez mayor está empezando a causarles serios problemas. Muchas antiguas salinas se han transformado en piscifactorías y a sus propietarios no les hace ninguna gracia que los cormoranes se dediquen a “robarles” “sus” peces. Para evitar que estas y otras aves –como las garzas reales- se alimenten en los esteros, en algunos lugares han colocado redes en los primeros metros desde la orilla, redes que además de cumplir su objetivo a veces se convierten en trampas mortales para las aves buceadoras como el cormorán, que quedan atrapadas sin posibilidad de liberarse. En especial los jóvenes, más inexpertos, con el de esta fotografía de hace un par de semanas en una salina de Chiclana.

Algunos propietarios de piscifactorías han propuesto incluso cazar a escopeta a los cormoranes como medida para reducir su número, cosa que al ser aves migratorias no parece tener mucho sentido si loo que se quiere es controlar el aumento de individuos. Una vez más surge el conflicto entre la fauna salvaje y los intereses económicos. Esperemos que las cabezas pensantes diluciden alguna solución que evite la muerte de más aves, que cada vez ven más reducidos sus espacios de alimentación a causa de la expansión de los humanos y nuestras actividades comerciales.

5 comentarios:

Sianeta dijo...

Hola Cel, no sabía que por Cádiz tuviérais cormoranes, yo también tenía idea que eran aves de otras latitudes. Recuerdo ahora la película Master and commader, al doctor Maturin y sus cormoranes de alas poco desarrolladas. ¿No sabrás tú por casualidad de qué especie se trataba aquella?
Yo tengo un cormorán fotografiado del único viaje lejano que he hecho: siempre posaba con las alas como has descrito, en una roca en la bahía de Reine, en las islas Lofoten. Ahora entiendo por qué permanecía tanto tiempo así. Espero, com bien dices, que el choque de intereses no se salde con las víctimas de siempre.
Enhorabuena por tu magnífico dibujo (en algo me recuerdas al Maturin y al pequeño señor Blakeney ;)) y por esa fantástica instantánea.

Celadus dijo...

No recuerdo bien la escena pero por lo que comentas debe tratarse del cormorán áptero de las islas Galápagos, que ha perdido la facultad de volar al carecer de enemigos naturales.
Por cierto, que por tu tierra también tienes cormoranes, aunque es más abundante otra especie más pequeña, el cormorán moñudo.
Gracias de nuevo por visitarme y comentar y, como no, por los halagos.

Sianeta dijo...

¿Por estas tierras hay también? ostras, pues esto se lo tengo que decir a mi hermana. Así que Cormorán Áptero...al fin lo sé. Siempre me quedaba con la duda. Gracias!

Cel, yo hay un ave, gallinácea si no me equivoco, que busco cada vez que voy a hacer montaña: el urogayo ("gall fer"), ¿tú no sabrías por casualidad en qué épocas y lugares del bosque es mejor poder encontarlos?

Celadus dijo...

Tienes un correo privado, Siana.

capataz Manuel Pajaro dijo...

Interesante lo del Cormoran Paco, el gran problema es que las redes no son selectivas, yo una vez encontre una lechuza campestre en una de estas redes en la salina los hermanos, en Chiclana tambien, denuncie al dueño. Un saludo.